003.01
EL PROBLEMA
Pareciera
que la cuestión es “fácil” de resolver si nos atenemos a la
filosofía Aristotélica-Tomista; pero la distancia en tiempos y
conocimientos entre las “determinaciones” filosóficas de ambas
escuelas y los tiempos que vivimos, presentan una serie de preguntas
y formas de pensar sobre la materia, la vida, el espíritu y la
dimensión del conocer humano que han establecido unas
características de conocimiento que no estaban presentes en aquellos
lejanos tiempos, tanto de Aristóteles, como de Santo Tomás.
La
afirmación tomista en el artículo 1 de la Question 16: “Lo
verdadero y lo falso no están en la cosas sino en el entendimiento”
(1), hay que entenderla en cuanto a la verdad en nosotros los
seres humanos y de la definición Aristotélico-Tomista: “verdad
es la adecuación entre objeto y entendimiento.”(2) Osea si
bien lo verdadero está en el ser de todo lo que es, la captación de
la verdad de los seres por nosotros, depende de las “especies
inteligibles” que nuestro entendimiento extrae de las imágenes
sensibles de las cosas. “Agustín
habla de la verdad del objeto, excluyendo de este tipo de verdad, su
relación con nuestro entendimiento. Pues lo accidental queda
excluido de cualquier definición” (3).
Además vemos que dice Santo Tomás la frase:
“de este tipo de verdad”
luego hay varios tipos de verdad; lo cual aclarará en otros textos
cuando se refiere a la Verdad metafísica.
En
realidad en las cosas no hay verdad ni falsedad, en el sentido
humano, pues lo que ES, es verdadero “per se” al existir; pues
cuando se habla de verdad en el sentido de lo humano hablamos de la
“captación”, en las imágenes sensibles que nos aportan los sentidos externos sobre todo, de “especies inteligibles” (4)
en los seres de toda especie, incluidos los seres no materiales,
cuando tenemos o algunos tienen su “encuentro” con ellos. Aunque
los seres de esa dimensión, para la mayoría de los seres humanos,
son producto de la creencia o fe y no de la “captación” de su
realidad por los sentidos del cuerpo. Recuérdese que para la
filosofía Tomista: “Nada está en el intelecto que primero no haya
sido captado por los sentidos” ( traducción libre ) o si se
quiere: ."nada
hay en el intelecto que no haya estado antes en los sentidos"
(Nihil est in intellectu, quod prius non fuerit in sensu)
(5)
La
especie inteligible, se obtiene al contacto con los diversos seres y
si bien en ellos no está la “verdad del intelecto” si se
mantienen como fueron “captados”, son interpretados por el
entendimiento (mediante el intelecto agente) llevando al acto la
potencia cognoscitiva y así, al reflexionar sobre si mismo, nuestro
conocimiento determina la verdad de los seres. Pero ¿esa verdad es
la totalidad de lo verdadero en el ser u objeto o fenómeno que
sucede y es “captado” por nuestros sentidos? Evidentemente no es
la totalidad de las posibilidades de verdad de ningún ser,
objeto o fenómeno externo y también interno, lo que determina la
parcialidad del conocimiento humano de los seres. No, es su verdad en
cuanto la “captación” que nuestro intelecto “hace” de lo
“captado” (especies inteligibles) (6). En este caso la verdad es la
totalidad de lo “percibido realmente” en nosotros, en cada uno de
nosotros. Lo cual tiene carácter universal en sí mismo, no en la
realidad que nos envuelve. Y a la vez, por semejanza, es universal en
todas las mentes pues todos conciben de manera similar lo universal
de las cosas, aunque con características individuales. La pretendida
universalidad de las premisas universales no es tal ni en la realidad
ni en nuestro conocer, en cuanto a uniformidad e igualdad o si se
quiere totalidad, en todas las mentes de cada hombre-individuo (para
diferenciarlo del género hombre general que no existe sino en la
realidad del intelecto). Pareciera que la visión platónica de las
Ideas, subsiste en el acervo intelectual de muchos filósofos de
manera subconsciente, ya que si el entendimiento conoce a partir de
los datos de los sentidos y ese mismo entendimiento “viene” “cum
tabula rasa” a la existencia, los conocimiento de las ideas “se
realizan al modo y manera de ser del que conoce”(5) y esto señala la
individualidad donde la “esencia” de las cosas humanas, en cuanto
al conocimiento, se realiza. Y como la individualidad de cada uno no
es igual a ninguna otra, al negar la existencia de ideas a priori, no
pueden ser iguales, sino semejantes en cada uno de nosotros. La
teoría platónica es eso: una teoría para destacar la unicidad
esencial del conocimiento humano; pero no es propia de una “especie”
cuyos individuos son personas singulares con similitud en los
procesos cognitivos pero nunca, repito nunca, iguales o absolutamente
iguales; no en nuestra manera de conocer la realidad que nos rodea y
somos; pues eso supondría que fuéramos absolutos en el ser y no
somos seres absolutos bajo ninguna circunstancia. Entendiendo como
absoluto el conocimiento total de todo el Ser, cada ser y cada acto
de los seres: cosa solamente propia de Dios. (7)
_______
1)
Q.16, a.1, Contra esto.
2)
Q.16, a 1, Respondo.
3)
Q.16, a 1, A las objeciones
4)
Q.16, a.4
5)
Máxima escolástica.
6) http://hjg.com.ar/sumat/a/c84.html
Ver
también los siguientes “Link”:
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