La informática actual, mediante la electricidad, permite hacer eso mismo de manera no viviente pero si compleja. El problema reside en: ¿que hace la diferencia entre el “conocer” de la máquina y el conocer de la vida? Es obvio que la máquina está programada para hacer lo que hace, la vida también tiene un “programa”, inmensamente más complejo, pero lo tiene. Luego aquí de lo que se trata es del grado de complejidad y de la utilización por el ser humano de la percepción de sus funciones interiores de raciocinio que conjugando la técnica, logran “reproducir”, de manera similar, dichas funciones, con elementos materiales ordenados de acuerdo al proceso que quieren aprovechar. Pero esto que engloba la técnica humana será tratado más adelante.
Las imágenes que los seres vivientes “fabrican” en sus mentes, tienen características similares pero son individuales y propias. Individuales, porque cada individuo conoscente, hace imágenes de acuerdo a la forma, distancia, fuerza, manera etc. en que percibe la imagen que “fabrica”. Y propia, porque ningún otro individuo puede ni tiene la misma percepción. Esta “singularidad” de la imagen hace de éstas algo exclusivo y en cuanto a la cantidad: inconmensurables. Luego tenemos imágenes propias en la mente de cada ser viviente y formas determinadas en el mundo real. Las imágenes corresponde a ciertas de esas formas pero singularizadas por cada uno de los conoscitantes, esto conlleva la pregunta de: ¿cómo se pueden trasmitir, mediante signos, dichas imágenes, entre unos y otros de los vivientes?
[13] la operación que realiza el ser vivo al determinar una imagen.
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