003.05
LAS FORMAS DE LA VERDAD
Hay una sola Verdad; pero en el ser humano y en
todos los seres pensantes, lo verdadero está limitado a su potencia de ser sin
ser falso. Esto es porque no somos seres absolutos sino seres de dimensión
intelectual con potencia de ser limitada. Lo verdadero es asumido, en nosotros,
a la manera de la potencia de ser del que conoce y de ahí, sin dejar de ser
verdadero, es parcial. ¿Qué significa entonces la verdad si no es total? ¿Es
relativa a cada uno de nosotros? No, pero es tan vasta la totalidad de lo real
y todo lo real es "per se" verdad que podemos contemplar algo verdadero y los
demás no verlo. Ahora bien que cada uno no pueda ver algo como verdad, no le
quita a la verdad su “virtus” de serlo. Es decir la verdad ES con nosotros o
sin nosotros, al ser. Pero ¿en el hombre cual es la verdad? Hay en nosotros
verdades de varios tipos, como ya se especifico antes. Existe la verdad de que
somos, la de aquello que nuestros sentidos perciben, la verdad moral, la verdad
ética y la verdad metafísica. La diversidad de lo verdadero en el hombre no
quita su posibilidad de conocer la verdad y lo verdadero; pero siempre en la
dimensión de su potencialidad como ser. Confundir lo verdadero con la Verdad
absoluta es uno de los problemas cuando se habla de verdad. La verdad está
plenamente en Dios y nadie puede tenerla sino Él. La confusión estriba en
entender la verdad en nosotros como un absoluto que no es posible o bien creer
que cuando conocemos algo lo conocemos en su totalidad de ser, lo cual tampoco
es posible. La verdad en nosotros es limitada a nuestra potencia de ser, lo
repito y lo seguiré repitiendo; pero es verdad y por eso negar que podamos
conocerla es falso. Normalmente se habla de verdad y mentira como absolutos que
en nosotros no lo son. El problema estriba en que ya que cada uno tiene la
posibilidad de ver o entender la verdad a su manera entonces la verdad es
relativa a cada uno. Y no es así, la verdad es verdad, nuestro conocimiento de
ella está condicionado por miles de factores que en cada individuo son
diferentes pero lo verdadero es conocido aunque no en totalidad de lo que ES.
Que ninguno de nosotros tenga la totalidad de la verdad es un hecho
indiscutible; pero que la verdad no exista o no pueda ser conocida es sólo
posición de soberbia al no poder conocer lo verdadero absoluto de cada cosa,
ser, pensamiento o relación con la cual nos tropezamos al existir aquí. De
acuerdo a la potencia intelectiva o de ser de cada criatura, su capacidad de
conocer lo verdadero cambiará, en unos será más que en otros; pero todos pueden
alcanzar la verdad en mayor o menor medida. La verdad absoluta solamente la
posee Dios. No hay verdades totales en ningún ser creado, pero si hay verdad.
Pues lo verdadero no tiene que ser absoluto para serlo.
Es
cierto que en nosotros hay mentiras, pero son aquellos conocimientos
que sabiendo que no son realidad, lo afirmamos como real. El
desconocimiento o la interpretación no adecuada a la realidad de
los seres, es un error, pero no mentira, siempre y cuando se proceda
de “buena fe”.
Lo
verdadero es propio de la divinidad. Dios es Amor, y el amor no puede
tener falsedad, pues la mentira es lo contrario de la realidad a la
cual hace referencia. Dios es Uno, Bueno y Verdadero. La mentira está
en los seres que Él creo libres y usando mal su libertad no proceden
con la adecuación entre lo que son, perciben o conocen, de manera
cónsona a la realidad que es. La mentira tiene fundamento en la
negación primera de la realidad de lo que Dios es, naturalmente, en
la medida de lo que nosotros podemos conocer de Él. No hubo mal en
nada de lo creado, sino cuando algunos de los seres libres se
apartaron de la realidad del Ser que ES. Y, consecuentemente, a la
vez engañaron a otros seres libres a seguir su ejemplo (caso Adán y Eva). Con su voluntad, los seres creados libres, tiene la
posibilidad de ir en contra de aquello para lo cual fueron hechos y
de esa manera pervertir el plan primero de sus designios de
existencia. Esto hace una realidad paralela, pero discordante, con
los deseos creadores de Dios y así sucede lo que llamamos pecado;
pues el Creador hizo todo de manera perfecta y la criatura no tiene
el poder, la visión y el amor para transformar las cosas a su propia
imagen. Las cosas hechas de esa manera, sin Dios, no podrán
continuar siendo, ya que ellas o nosotros no tenemos la dimensión de
ser necesaria para mantenerlas en la existencia. El Creador es el
único con esa potencia de ser y eso, muchos, no pueden, ni quieren o
desean admitirlo.
La
verdad muestra su cara de ser lo que es y eso lo pervierten aquellos
seres dotados de libertad que la usan como no deben. La mentira nace
de aquí y no puede “funcionar” o permanecer dada la limitación
del ser de quien la hace. Esto también implica la realidad de quien
miente y su condición contingente de ser limitante al hacer y por lo
tanto contingente; osea, no se hizo a si mismo. Sino se hubiera hecho
perfecto.
No
hay necesidad de la mentira, lo que es, es suficiente para la marcha
completa, en su dimensión, de las creaturas y el universo creado. La
mentira no hace sino cosas, situaciones y modos de ser, con
existencia efímera y transitoria, imposibles de mantenerse por si
mismos siendo.
La
verdad en cambio, al aproximarse a la realidad material, descubre y
permite modificarla de manera adecuada a las necesidades de un ser
determinado; sin por ello crear algo de la nada. La interacción con
lo real en el hombre, hace formas diferente con la materia primera de
las cosas. Esto es el trabajo del ser humana y creamoslo o no, es
mucho y suficiente. Para ello empleamos toda una serie de cualidades,
habilidades, instrumentos y condiciones que de alguna manera nos
permiten vivir mejor y hacer menor esfuerzo al realizar las tareas
propias del vivir.
La
verdad total es imposible de conocer; pero lo conocido es
suficiente para cada momento de nuestra historia, en el lugar y modo
de vida que tengamos. Por lo tanto el conocer siempre esta
estableciéndose, creciendo y nunca cesa de aparecer en la historia
de la humanidad.
La
verdad es infinita, pues Dios es verdad y está en síntesis con todo
ella; es la adecuación de Dios con lo creado y refleja aquello que
es, para quien puede conocerla. Pero en el grado y perfección propia
del ser que llega hasta ella en cualquiera de sus infinitas formas,
modos y sentidos; pero la totalidad de la verdad es exclusiva de
Dios.
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